La estación de compresión de gas, una parte de la sección polaca del gasoducto Yamal que une Rusia con Europa occidental
La Comisión Europea recomendó ahorrar electricidad, limitar ingresos de las empresas eléctricas y reducir los beneficios extraordinarios de las petroleras. Cada país aplica esos lineamientos a su manera
Ahorrar electricidad, limitar ingresos de las empresas eléctricas y reducir los beneficios extraordinarios de las petroleras son las tres medidas temporales y urgentes que presentó este miércoles la Comisión Europea para aliviar la situación de escasez energética en los países que integran Unión Europea.
Ante los eurodiputados, la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, anunció una propuesta legislativa para impulsar una reducción del consumo de energía —obligatoria en las horas pico— y un impuesto sobre los beneficios extraordinarios de las compañías que utilicen combustibles fósiles, entre otras medidas. “Rusia sigue manipulando activamente nuestro mercado energético. Prefieren quemar el gas que producen antes que entregarlo, el mercado ya no funciona”, dijo la presidenta de la Comisión Europea.
Cuáles son las medidas que ya tomaron los gobiernos europeos para el ahorro de energía ante la posibilidad de que Rusia interrumpa por completo los suministros de gas como respuesta a las sanciones impuestas por la guerra de Ucrania:
Alemania
Desde el mes pasado, el Gobierno alemán dispuso que en invierno los edificios públicos solo se calefaccionarán hasta una temperatura de 19 grados para ahorrar energía, con la excepción de hospitales e instalaciones de uso social. En Alemania existen, de acuerdo con la cadena pública ARD, un total de 186.000 edificios públicos. Reducir la temperatura interior en un grado centígrado permite ahorrar de media un 6% del gas destinado a la calefacción.
También regulará el alumbrado nocturno de monumentos y edificios. En las últimas semanas varios municipios alemanes han lanzado diversas ideas para ahorrar gas de cara al invierno, entre ellas cortar el agua caliente en determinados edificios públicos y limitar la calefacción en las escuelas a 20 grados en las aulas y 15 en los espacios deportivos.
Líneas eléctricas de alta tensión y torres de alta tensión cerca de Berlín
Italia
El Gobierno italiano aprobó bajar un grado la calefacción en invierno: las medidas incluyen una reducción de 1 grado para la calefacción de los edificios, desde los 17 grados con más o menos 2 grados de tolerancia para los edificios destinados a actividades industriales, y desde los 19 grados con más o menos 2 grados de tolerancia para todos los demás edificios. También se reduce en 15 días el periodo en el que los radiadores podrán estar encendidos.
La Agencia Nacional de Nuevas Tecnologías, Energía y Desarrollo Económico (ENEA) italiana aconsejó también reducir la temperatura y la duración de las duchas, acortar el tiempo en que el horno está encendido, usar los lavavajillas y las lavadoras con la carga completa, o desenchufar la lavadora cuando no se usa. Con estas acciones, calculan que se puede reducir el consumo en al menos 8.200 millones de metros cúbicos de gas natural.
Italia tiene actualmente los depósitos de reservas de gas al 82% y la intención es que lleguen al 90% para octubre para tratar de estar en las mejores condiciones y afrontar los posibles cortes de suministros por parte de Moscú. Italia compró en 2021 el 90 % de sus suministros de gas y el 40 % lo hizo de Rusia, aunque en los últimos meses ha buscado fuentes alternativas y ahora mismo ha reducido a la mitad sus importaciones de Moscú.Alemania
España
En agosto pasado, el Congreso español ratificó un decreto de ahorro energético que abarca desde límites obligatorios de temperatura para el aire acondicionado o la calefacción, hasta el apagado de luces en edificios públicos y vidrieras. Es probable que se anuncien más medidas este mes de septiembre.
Las medidas fueron presentadas por el Gobierno como una muestra de solidaridad con el resto de Europa, ya que el país no depende del gas ruso y que sufrió olas de calor en verano, en su peor sequía en décadas. Como la sequía ha limitado la producción hidroeléctrica, las centrales eléctricas quemaron el doble de gas que hace un año, lo que hizo que el consumo global de gas en España aumente un 4%.
Bruselas autorizó en junio el régimen exclusivamente para España y Portugal, con el fin de frenar la subida de los precios minoristas de la electricidad en la Península Ibérica, que tiene poca interconexión energética con el resto de Europa. España importa la mayor parte de su gas de Estados Unidos y Argelia.
Una factura del consumo de luz, en Madrid (España)
Suiza
Suiza se encuentra entre los países con menor grado de autosuficiencia energética de Europa. La generación de electricidad interna solo representa alrededor del 25% de sus necesidades energéticas y el resto se importa en forma de petróleo crudo, gas y carbón.
El Consejo Federal suizo fijó un objetivo de ahorro voluntario del 15% para el semestre de invierno: se pide a empresas y hogares a reducir la temperatura de su calefacción. Aseguran que un grado menos permitiría un ahorro de gas del 5% al 6%. También un cambio voluntario de los sistemas de generación de calor a doble combustible, utilizando petróleo en lugar de gas natural.
En caso de insuficiencia de gas, el Gobierno podría imponer restricciones y prohibiciones sobre ciertos usos: disminuciones de la temperatura ambiente a 19°C y de la temperatura del agua a 60 °C. En última instancia, habría un régimen de cuotas que afectaría a todos los consumidores.
La propuesta de la Unión Europea
Ahorro de electricidad
La primera medida del Ejecutivo comunitario, que llega tras el acuerdo voluntario para ahorrar un 15 % de gas, pasa por reducir el consumo eléctrico de media un 10 % y que ese esfuerzo incluya “obligatoriamente” un recorte de al menos el 5 % en las horas pico donde la demanda es más alta.
“Reducir la demanda es fundamental para el éxito general de estas medidas: abarata las facturas de energía, acaba con la capacidad de Putin para convertir en un arma sus recursos energéticos, reduce las emisiones y ayuda a reequilibrar el mercado energético”, dijo en rueda de prensa el vicepresidente de la Comisión Europea para el Pacto Verde, Frans Timmermans.
Impuesto a las empresas energéticas
En segundo lugar, Bruselas propone gravar los beneficios extraordinarios de las empresas activas en el sector del petróleo, el gas, el carbón y la refinería con un impuesto “excepcional y temporal” del 33%. Esta “contribución de solidaridad” se aplicará sobre todo beneficio en el año 2022 superior al 20% de las ganancias medias de los últimos tres años, aunque la propuesta deja margen a los países para que adopten un tipo incluso superior.
En España, el Congreso aprobó admitir a trámite un impuesto del 1,2% sobre los ingresos (no los beneficios) de las grandes empresas eléctricas, gasistas y petroleras que proponen el gobernante PSOE y su aliado, Unidas Podemos.
Renovables
La Comisión Europea también propone limitar el precio del megavatio/hora a 180 euros en el mercado para las energías con bajos costos de producción para la generación eléctrica (renovables, nuclear y lignito), ya que en condiciones normales obtenían unos ingresos “significativamente menores”.
El Ejecutivo entiende que ese precio máximo ayudaría a “minimizar el impacto” de los altos precios del gas y del carbón al tiempo que garantizaría a las eléctricas un “retorno razonable”.
Estas dos nuevas figuras de recaudación que la Comisión Europea puso sobre la mesa podrían recaudar más de 140.000 millones de euros (unos 117.000 millones del tope a renovables y otros 25.000 millones del impuesto a petroleras), que se destinarán a aliviar la carga de los hogares y empresas más expuestos al alza de los precios energéticos.
“Estas medidas sin precedentes son una respuesta necesaria”, señaló Timmermans, quien agregó que esta crisis subraya “que la era de los combustibles fósiles baratos ha terminado y que debemos acelerar el cambio hacia la energía renovable de cosecha propia”.
Además de esas tres medidas principales, el Ejecutivo comunitario facilitará el despliegue de ayudas y avales públicos para compañías energéticas con problemas “serios” de liquidez y avanza en el diseño de un índice de los precios de gas “más representativo” que el TTF Dutch, de referencia en la actualidad en Europa y que “no se ha adaptado” a la situación actual.
Este paquete de medidas, que los ministros de Energía de la UE intentarán aprobar el 30 de septiembre, deja fuera la idea de establecer un límite al precio de las importaciones de gas ruso por gasoducto o incluso también al que llega desde Noruega o Argelia o al gas natural licuado que llega en barcos metaneros.