El secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg posa junto a los ministros de Defensa de los países miembro durante una reunión en Bruselas (REUTERS/Johanna Geron/Archivo)

La preocupación de Rusia sobre la extensión de las fronteras de la alianza de defensa apunta a la obligación de los socios a considerar un ataque hacia cualquiera de sus miembros como una ofensiva contra todos

La Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), fundada el 4 de abril de 1949, recibe este martes a Finlandia, un país fronterizo con Rusia, que se convertirá en el 31º Estado integrante de la alianza militar.

La candidatura de Suecia, también motivada por la invasión rusa de Ucrania, continuará esperando debido a las reticencias de Turquía y Hungría.

(Infografía: Marcelo Regalado)(Infografía: Marcelo Regalado)

Uno para todos

El corazón del tratado de la OTAN es el artículo 5, según el cual, “un ataque armado contra uno o varios de sus miembros en Europa o América del Norte debe ser considerado como un ataque contra todos”.

De esta forma, la OTAN no sólo puede sino que tiene la obligación de intervenir en caso de agresión a uno de sus países.

Si uno de los aliados invoca este artículo y el resto reconoce de manera unánime que fue atacado, cada país tomará “las medidas que considere necesarias, incluido el recurso a la fuerza armada, para restablecer y mantener la seguridad en la región del Atlántico Norte”.

Este principio prevaleció durante la Guerra Fría durante la cual el bloque rival, el Pacto de Varsovia, formado por la Unión Soviética y los países comunistas de Europa del Este, se regía por una lógica similar.

El artículo 5 no incluye a Ucrania que no es un país de la OTAN, pero sí a sus vecinos como Polonia, Rumania y Lituania.

Ejercicios de la OTAN con soldados de Dinamarca, liderado por Estados UNidos (via Reuters)Ejercicios de la OTAN con soldados de Dinamarca, liderado por Estados UNidos (via Reuters)

Todos para uno

El artículo 5 solo fue activado una vez en la historia de la OTAN, lo hizo Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Pocas semanas después de que cuatro aviones pilotados por yihadistas de Al Qaeda se estrellaran en Nueva York y Washington, esta alianza militar envió sus aviones AWACS a vigilar el cielo estadounidense para permitir al ejército estadounidense a desplegar toda su fuerza para responder a esos atentados.

A parte de este único recurso al artículo 5, que llevó al despliegue de tropas en Afganistán, la OTAN intervino en otras operaciones militares, como en 1995 en Bosnia Herzegovina, en 1999 en Kosovo o en 2011 en Libia.

El fracaso de la guerra de Afganistán, que duró casi 20 años y terminó con el regreso al poder de los talibanes, confirmó la voluntad de los aliados de centrarse en la defensa de su territorio en Europa y América del Norte.

Ejercicios de la OTAN en Mahmudia, Rumania (Alexandru Busca via REUTERS)Ejercicios de la OTAN en Mahmudia, Rumania (Alexandru Busca via REUTERS)

¿Qué se considera un ataque?

Este punto viene desarrollado en el artículo 6 de los 14 que conforman el Tratado de Washington.

El texto dice: “A efectos del artículo 5, se considerará ataque armado contra una o varias de las Partes, el que se produzca:

-Contra el territorio de cualquiera de las Partes en Europa o en América del Norte, contra los departamentos franceses de Argelia, contra el territorio de Turquía o contra las islas bajo la jurisdicción de cualquiera de las Partes en la zona del Atlántico Norte al norte del Trópico de Cáncer.

-Contra las fuerzas, buques o aeronaves de cualquiera de las Partes que se hallen en estos territorios, así como en cualquier otra región de Europa en la que estuvieran estacionadas fuerzas de ocupación de alguna de las Partes en la fecha de entrada en vigor del Tratado, o que se encuentren en el Mar Mediterráneo o en la región del Atlántico Norte al norte del Trópico de Cáncer”.

Además, en este caso también sería necesario estudiar el artículo 4, que dice: “Las Partes se consultarán cuando, a juicio de cualquiera de ellas, la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las Partes fuese amenazada”.

Volodimir Zelensky, presidente de Ucrania, durante una reunión virtual con jefes militares de la OTAN (REUTERS/Yves Herman)Volodimir Zelensky, presidente de Ucrania, durante una reunión virtual con jefes militares de la OTAN (REUTERS/Yves Herman)

El respaldo a Ucrania

Cuando en febrero de 2022 Rusia invadió Ucrania, país amigo de la OTAN, la organización rechazó desplegar tropas o crear una zona de exclusión aérea, pero ha entregado miles de millones de dólares en armamento a Kiev.

En mayo, Finlandia y Suecia anuncian una candidatura histórica para entrar a la Alianza.

La organización aprueba a finales de junio un refuerzo de su presencia en el flanco oriental, con cuatro nuevas agrupaciones tácticas en Bulgaria, Hungría, Rumania y Eslovaquia, que llevan a más de 300.000 militares su contingente de “fuerzas con alto nivel de preparación”.

“Es la reorganización más importante de nuestra defensa colectiva desde la Guerra Fría”, dice su secretario general Jens Stoltenberg.

Ucrania reclama en septiembre una adhesión acelerada a la Alianza tras la anexión de cuatro regiones del país por parte de Moscú. Pero Stoltenberg habla en febrero de 2023 de una entrada “a largo plazo”.

En marzo, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan levantó el veto para la adhesión de Finlandia, pero sigue bloqueando a Suecia.

(Con información de AFP)

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