Putin anunció que acordó con Biden ‘abrir un diálogo sobre ciberseguridad’ y también anticipó posibles ‘compromisos’ para un intercambio de prisioneros.
El presidente de Rusia destaca que la cumbre con su par estadunidense Joe Biden fue ‘absolutamente constructiva’, mostrando un gesto de apaciguamiento en sus tensas relaciones.
GINEBRA.
La primera cumbre entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su par ruso fue «constructiva», aseguró Vladimir Putin tras el encuentro de tres horas y media en Ginebra.
Las conversaciones fueron absolutamente constructivas», dijo Putin durante una rueda de prensa en solitario en Ginebra, donde ambos mandatarios acordaron el regreso de sus respectivos embajadores, un gesto de apaciguamiento en sus tensas relaciones.
Los embajadores «regresarán a su lugar de trabajo», dijo el mandatario ruso.
También anticipó posibles «compromisos» para un intercambio de prisioneros.
A pesar de las tensiones, la cumbre celebrada en la elegante Villa La Grange, comenzó con un apretón de manos entre ambos dirigentes.
Putin llegó a Ginebra el miércoles al mediodía, media hora antes del inicio de la cita, y Biden lo hizo el martes, procedente de Bruselas, donde participó en sendas cumbres de la OTAN y con sus aliados de la Unión Europea.
Muchos expertos coinciden en que Putin ya logró lo que más deseaba: la celebración de la cumbre como muestra de la importancia de Rusia en el escenario mundial.
El único punto de acuerdo entre la Casa Blanca y el Kremlin era que las relaciones entre ambos países están en su punto más bajo en décadas.
Diálogo sobre ciberseguridad
Los temas de controversia son numerosos y las discusiones prometían ser ásperas y difíciles, en particular sobre Ucrania y Bielorrusia.
Uno de los temas más sensibles es el de la desinformación en línea y los ataques informáticos.
Putin aseguró en este sentido que acordó con Biden «abrir un diálogo sobre ciberseguridad».
Más allá del intento de interferencia en las elecciones de 2016, los ciberataques masivos registrados recientemente contra empresas como SolarWinds, Colonial Pipeline y JBS y atribuidos a Moscú o a grupos de piratas informáticos radicados en Rusia, han molestado a Washington.
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