Agentes de la Guardia Nacional, resguardando la zona de un enfrentamiento en la ciudad de Morelia, en el estado de Michoacán, una de las regiones con más homicidios en México (EFE/Iván Villanueva)
En 2021 las ocho urbes que registraron las tasas más altas de homicidios están en México, según el estudio elaborado por la ONG de ese país Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Jurisdicción Penal
El informe indica que el mayor obstáculo a enfrentar a la hora de llevar a cabo las investigaciones “es la falta de transparencia de los gobiernos de varios de los países con urbes que se incluyen en el ranking”. “Pero con el paso de los años, cada vez hay mayor transparencia en la mayoría de jurisdicciones, aunque en otras hay retrocesos”.
La ONG aclaró, además, que en el reporte no están incluidas urbes de países que padecen conflictos bélicos abiertos, como los casos de Siria, Sudán o Yemen: “Pues la mayoría de las muertes violentas no corresponden a la definición universalmente aceptada de homicidio, sino a muertes provocadas por operaciones de guerra (según la clasificación de la Organización Mundial de la Salud)”.
Los datos arrojados por el informe vuelven a encender las alarmas en América Latina, donde la violencia sigue siendo uno de los grandes desafíos a afrontar. El caso de México es el más preocupante ya que, por tercer año consecutivo, el país se afianza como el epicentro mundial de la violencia homicida urbana.
En 2021 las ocho ciudades que registraron las tasas más altas de homicidios son mexicanas: Zamora, Ciudad Obregón, Zacatecas, Tijuana, Celaya, Juárez, Ensenada y Uruapan. Asimismo, cuenta con el mayor número de ciudades violentas del mundo: 18 de 50.
De las 14 ediciones anuales de este ranking, en ocho la ciudad más violenta del mundo ha sido mexicana (2008, 2009, 2010, 2017, 2018, 2019, 2020, y 2021).
Además de las ciudades incluidas en el listado, hay otras urbes mexicanas que no llegan a los 300 mil habitantes pero tienen tasas por encima de los 100 homicidios por cada 100 mil habitantes. Entre ellas se pueden mencionar Fresnillo, Manzanillo, Guaymas y Tecate.
A estos preocupantes números se debe agregar el elevado índice de desaparecidos en México, que ha ido en aumento sobre todo desde 2007. Según datos oficiales, el año pasado se registraron 9.473 personas desaparecidas. Muchas de esas personas fueron privadas de la libertad y luego asesinadas por sicarios de los grupos criminales y narcotraficantes, aunque sus cadáveres siguen sin aparecer.
El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Jurisdicción Penal atribuye gran parte de la responsabilidad al gobierno de Andrés Manuel López Obrador. De acuerdo a la ONG, el presidente mexicano aplicó en 2019 y 2021 “la peor política de ‘control’ del crimen”, denominada “abrazos, no balazos”.
La organización recordó que el mandatario, antes de tomar posesión, había prometido una amplia amnistía a los criminales, y en particular a los narcotraficantes. “No ha presentado la iniciativa de ley de amnistía, la ha aplicado de facto, pero con consecuencias más desastrosas de las que hubiera habido con una amnistía formal. Mientras que una amnistía suele perdonar crímenes a cambio de que los responsables dejen de delinquir, la amnistía de facto, la política de ‘abrazos, no balazos’, ha consistido en permitir que los grupos criminales puedan seguir asesinando, desapareciendo personas y extorsionando sin fin y con casi absoluta impunidad”.
En el estado que más se observa esta tendencia es en Michoacán, al sur del país, donde desde octubre de 2019 “grupos criminales han estado librando una guerra, con uso incluso de armas pesadas, vehículos blindados y drones”. Recién hace unas semanas intervino el Ejército, pero la violencia no cede.
La impunidad con la que se manejan estas bandas es estremecedora. Hace dos semanas, en una pequeña población del estado, un grupo de sicarios se presentó en un velorio y fusiló a 17 civiles desarmados. “Adicionalmente los grupos criminales ejercen una extorsión generalizada contra productores agropecuarios, al grado que ello ya se ha reflejado en elevados precios del aguacate o el limón en todo el país”.
El grupo Insight Crime advierte, además, que la violencia entre grupos rivales y sus intereses “se ha vuelto más temeraria”, con enfrentamientos a tiros en playas y asesinatos en pleno día. Centros turísticos como Cancún se convirtieron en imanes para las redes criminales. En 2021 los habitantes de esa ciudad balnearia reportaron una de las mayores percepciones de inseguridad (85%), de acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La ONG mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Jurisdicción Penal cuestionó la gestión del presidente López Obrador para reducir los casos de violencia en el país (REUTERS/Edgard Garrido)
El país que le sigue a México con la mayor cantidad de ciudades violentas también es latinoamericano. Se trata de Brasil, con 11 urbes (Feira de Santana, Mossoró, Manaus, Salvador, Fortaleza, Natal, Recife, Teresina, Caruaru y Macapá).
Insight Crime indicó que desde 2016 la violencia en el gigante sudamericano ha ido en aumento de la mano de los sanguinarios enfrentamos entre el Primer Comando de la Capital (PCC) y el Comando Rojo (CV), los principales grupos criminales que operan en el país y que han destinado importantes recursos humanos y financieros para controlar el noreste.
Estos grupos, sin embargo, también tienen resistencia por parte de otras bandas criminales. En Salvador, por ejemplo, ciudad que ocupa el puesto 28 del ranking, el Comando Rojo enfrenta una facción criminal conocida como Tropa do A, responsable de varios homicidios en el estado de Bahía. La ciudad portuaria de Natal, principal salida de cocaína en esta región, también es escenario de enfrentamientos.
Las otras naciones latinoamericanas con presencia en el ranking de las ciudades más violentas del mundo son Colombia (4), Honduras (2), Puerto Rico (1), Haití (1), Ecuador (1) y Jamaica (1).
El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Jurisdicción Penal comparó las elevadas tasas de homicidios en México, con las que se registraban en ciudades como Medellín y Cali, entre finales de los años ochenta e inicios de los noventa, cuando los narcotraficantes, con Pablo Escobar a la cabeza, “escalaron al máximo su guerra contra el Estado colombiano y las matanzas entre facciones rivales”.
Hoy en día Colombia bajó considerablemente esos registros, pero mantiene ciertas zonas afectadas. Buenaventura es la ciudad con mayor tasa de homicidios (más de 59), seguida de Cali, Palmira y Cúcuta. Las tres primeras se encuentran ubicadas en el departamento de Valle del Cauca, una zona estratégica para los grupos criminales, ya que bordea la costa Pacífica y el departamento del Cauca, un importante productor de coca.
Insight Crime detalló, a su vez, que la ciudad de Buenaventura se ha convertido en un escenario de constantes disputas criminales por tratar de un punto de salida sobre las rutas de tráfico hacia Asia, Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica.
Los enfrentamos entre el Primer Comando de la Capital (PCC) y el Comando Rojo (CV) han aumentado significativamente las tasas de homicidios violentos en Brasil
La realidad de Ecuador es distinta, ya que es la primera vez que una ciudad suya aparece en un ranking de la ONG mexicana. No obstante, lo preocupante para las autoridades locales es que la tasa de homicidios en el país creció en 2021 “más rápido que en cualquier otro país de América Latina y el Caribe”. A medida que la guerra entre pandillas va en aumento, los asesinatos se han duplicado año tras año prácticamente.
Gustavo Zúñiga, presidente de la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG), aclaró que Guayaquil no es una ciudad violenta sino que es “víctima del narcotráfico”. Allí se registraron 621 muertes violentas el año pasado.
Uno de los datos más llamativos del estudio elaborado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Jurisdicción Penal es la ausencia de ciudades de El Salvador y Guatemala, países con históricas presencias de grupos criminales y narcotraficantes.
“Aunque el presidente salvadoreño Nayib Bukele le atribuye ese descenso a su llamado Plan de Control Territorial y a los despliegues de ejército y policía, sus críticos han citado una crisis de desapariciones y la presunta evidencia irrefutable de negociaciones entre su gobierno y las pandillas MS13 y Barrio 18 como una explicación de ese descenso”, aclara Insight Crime.
Por último, uno de los países que más ha estado salpicado por hechos de violencia, y donde se han denunciado crecientes movilizaciones por parte de grupos narcotraficantes y guerrilleros, es Venezuela. En el ranking de este año no hay ninguna ciudad venezolana. Sin embargo, la ONG mexicana aclaró este hecho: “No se incluyó ninguna ciudad no porque en ese país en forma súbita y milagrosa haya desaparecido la violencia, sino porque simplemente no hay forma de medirla”.
Infografía: Marcelo Regalado