Para enfocarnos en la edad de la luna, llamada también del éxito y la fortuna, empezaremos señalando que los planetas se manifiestan de diferentes maneras en cada individuo según la carta astral y varía en cada momento o época de su existencia.  

Según el astrólogo español Tito Maciá, desde el punto de vista astrológico, el ser humano puede ser visto como una gema facetada, como un diamante con sus diferentes caras que reflejan luces distintas aunque emanen de la misma gema.

Es como si en cada periodo de la vida, una de las caras o facetas, o uno de los roles asociados a los planetas, tuviera mayor fuerza o posibilidad de manifestarse que en ningún otro tiempo.

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El patrón de conducta relacionado con la conciencia lunar, gobierna y es mucho más intensa durante la niñez, sobre todo los cuatro primeros años de vida los que son llamados años de la crianza, según el astrólogo Ben Ragel, en este tiempo el cuerpo del niño es húmedo y no se halla completamente desarrollado, crece rápidamente y la mayor parte de su alimentación es líquida, no son fuertes, no se pueden desenvolver por si solos.

En este tiempo dependemos de nuestra madre o de quien nos cuide, la madre es el centro de atención y aprendizaje.

La madre (la luna) deberá dar al recién nacido una especial carga afectiva que será fundamental para el desarrollo, el bebe sentirá las caricias de la madre, las palabras cariñosas, la temperatura, a través de su alimentación percibirá el amor de la madre. Estos son los primeros mensajes que reciben de la vida, del mundo exterior, mensajes que le proporcionan seguridad y ganas de vivir.

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El papel de la luna que tiene la madre está absolutamente vinculado a las funciones digestivas que son las funciones en torno a las que gravita la afectividad infantil.

Las caricias, el estado de ánimo y la ternura de la madre, son junto al alimento, la fuente de carga afectiva que determinará las futuras tendencias afectivas.

El niño(a) tiene absoluta necesidad de la madre, ya que se encuentra en un estado de transición entre la seguridad de la vida intrauterina y la vida en este plano, vida aún no transitada que puede resultar amenazante para el nacido(a).

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Los aspectos que recibe la luna y los que formará en los primeros cuatro años de vida, las experiencias vividas en ese tiempo, las  experiencias sensoriales relacionadas con la madre, dejarán una huella que orientará las tendencias emocionales, afectivas, en su seguridad y sexuales de cada persona, será un factor muy importante de su éxito y evolución.

Para conocer el desarrollo de la afectividad y gustos a futuro, es conveniente para los astrólogos, analizar la luna de nacimiento y las progresiones en los primeros cuatro años de vida.

Mila Jauregui Jauregui

www.aceresastral.com

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